A veces creo que los ríos me dicen algo.
Después me aseguro que tus ojos me vean.
Me arrimo, me tiro.
Seré azúcar en tu boca y en tu corazón seré tinta.
De esa tinta que colorea al arcoiris.
Derribaré la barrera y mi piel será tu benda.
Arriba en el cielo, donde tu ilusión espera.
Seremos aves y verdad.
Y acá, seremos carne y realidad.
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