Vistas de página en total

martes, 24 de julio de 2012

Creo que cuando ví pasar a la vida ni siquiera pestañé.

Me rendí en un par de palabras y llantos,

y termine entre tus brazos otra vez.

Mismas almas, mismas redes girando.



Relaciones alternadas en un sinfín de marcos

un caos justo y duradero

suficiente para levantar mil hombres,

o finalizar el universo.



Me choque de cara con tu vientre,

toqué

percibí

saborié



Esto no es para mí


devuélvanme el silencio

devuélvanme el alba

infinito



Regrésenme.

lunes, 16 de julio de 2012

Una musa en el colectivo

Una tarde de Viernes como cualquier otra, pero esta vez habia decidido abandonar por un rato mi casa y mi trabajo para pasear por las calles. Decidí despues de caminar 2 cuadras que iría al centro, a despejar un poco la cabeza, a caminar entre la multitud de la que me mantenía alejado generalmente.

Hacía frio, pero el viento era agradable, no gélido. El viento volaba mi cabello con un estilo que me gustaba.
Hoy iba a ser un día inspirador, de alguna manera lo sabía.

Subí al 105 que me dejaría ahí nomás del obelizco. Atrás habían algunos asientos libres pero decidi sentarme sobre el caño de la zona del medio, sobre la ventana. Me calcé los auriculares y el shuffle pronto me entregó una linda cancion que no escuchaba hace mucho.

A continuacion, como es mi costumbre, desenfunde mi pequeña libreta roja del bolsillo del sobrotodo y con el habitual lapiz del bolsillo comence a hacer garabatos.

Pasaron algunos minutos de abstracción hasta que volví a ver hacia adelante mío, a conectar con aquel colectivo. La transicion de una cancion a otra me llevo del papel a unos ojos.

Unos ojos celestes como el cielo, gélidos pero cálidos al mismo tiempo. Por debajo los rodeaban algunas pecas, era la marca de la ternura definitiva, el zenit de la belleza que enmarcaba un pelo algo claro y rojizo, lacio y suave como la seda.

Todo eso claro, lo concluí mirándola por una decima de segundos. No iba simplemente a quedarmela mirando, no cuando la tenia tan cerca y de frente. Ella no me miró, estaba escuchando música tambien. En ese momento me moría por compartir mi canción con ella, o meterme yo en su musicalizador, en su endulzador de viajes.

Pronto mi mano quería retratar a la chica. Si seguramente no iba a hablarle, al menos podría tener un recuerdo de ella, podría ser una obra mas, podría ser mi mejor obra hasta ahora, quién sabe?

Entonces comence a retratarla, empece por los ojos porque era lo primero que habia visto y lo que resaltaba, sus rasgos finos siguieron tras ellos, para luego remarcar sus labios inalcanzables.

El trazo era dificil, el colectivo estaba frenando fuerte y las calles de Buenos Aires no eran las mas sanas.

Para añadir dificultad, tenía que copiar sus rasgos con cuidado, no podía estropear su hermosura, y a su vez no podía permitirme que se dé cuenta de que era la protagonista de aquella hoja.

Continué, hasta que el retrato quedó finalizado. Era lo mejor que se podía hacer en un colectivo con ese tiempo, así todo no me parecio bueno, me sobre exigi. Lo cierto era que su belleza era inretratable a la perfección.

Cuando terminé intenté volver a caer en que estaba en un colectivo, de hecho ni sabía cuanto tiempo habia pasado y nisiquiera estaba seguro de si ella me había visto retratarla, me había compenetrado tanto que quizá ella me estuvo mirando siempre, pero yo miraba sus contornos, su escencia. Ella no estaba enfrente mio, el dibujo lo estaba, ella era la musa que desde todos los planos me inspiraba.

Se dió vuelta, iba a bajarse del colectivo. Tenía que hacer algo, pero estaba inmóvil. Como puede un extraño romper la barrera del silencio? O mejor dicho, del murmullo de una tarde de viernes en un colectivo? Hola? Como estas? Me pareces linda? Qué palabra rompe tal barrera?

Y como a veces no hay palabras me di cuenta que la llave ya la tenía, y la habia fabricado en el mismo viaje, entonces avance y bajé tras ella. La seguí disimuladamente, juntando valor a cada paso. El frío ya no se distinguía, mi corazón latía demasiado rápido y fuerte como para sentir algo tan mundano.

Entonces lo logré, la llamé desde atras, con cuidado le dije:

- Disculpame... Te, te hice este dibujo en el colectivo, yo viajaba enfrente tuyo.

No sabía si tutearla o no, nunca había hecho algo así, tan repentino... tan, caradura?

Le sonreí nerviosamente, y ella sonrió tambien, y tras mirar el dibujo y aceptarlo me agradecio.

Ni siquiera voy a citar lo que dijo exactamente porque no dijo nada, solo Gracias, y se dio media vuelta y se fue.

No pude aceptarlo, no quería dejarla ir. Hoy era un día especial, lo sabía.

La segui un poco más, con cuidado y disimulo absoluto, y entonces...

La ví encontrarse con un sujeto, al que besó instantaneamente.

Claro, tenía novio, ahora todo tenía sentido. No es que yo no sea un encanto, no? Tenía novio...

Lo curioso es que hace 15 minutos, tras un mes de lo ocurrido, me llego un mensaje a través del Facebook, agradeciendome por un dibujo que le hice en el colectivo a una chica.

Lo más curioso aún es que ya casi olvidé su rostro, pero estoy seguro que no tardaré mucho en recordarlo.

Este fin de semana salgo con ella ~