La música nos muestra cómo mantener el placer y el éxtasis. Generalmente,
tendemos a creer que un momento de comprensión eufórica es insostenible y que no
podemos mantenerlo. Se nos escabulle, y volvemos a perseguirlo una y otra vez.
Sucede así porque no estamos dispuestos a dejarlo ir, no estamos dispuestos a
concebir que se aleje. Pero, si tomamos el ejemplo de la música: dejando ir una nota
para oír la siguiente, nuestro deleite puede ser constante, aunque cambien las
vibraciones.
Si "escuchamos" al mundo y permitimos que actúe sobre nosotros sin anteponer
juicios o ideas del tipo esto-o-lo-otro, podremos aprender a percibir cada destello de
placer como un tono dentro de la infinita armonía. La orquesta del mundo ejecuta las
melodías familiares una y otra vez, y los ancianos también están ahí llevando el ritmo
con los pies mientras los jóvenes bailan.
- Thaddeus Golas, Manual de Iluminacion para Holgazanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario