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miércoles, 17 de julio de 2013

La liebre y el búho

El búho aterrizó con su simple destreza en su árbol. Los animales del bosque lo llamaban el árbol de los sabios, ya que le había pertenecido a su familia por siglos, y ellos siempre habían sido los consejeros de los animales.

Aquella noche una liebre había llegado a visitar el árbol. A estas horas de la noche era raro para una liebre andar por el bosque, pero era el único horario en el que el búho podía atender con atención a sus compañeros. El búho entonces descendió para poder verlo, y ya cerca, aunque estando mas arriba, con una mueca le indicó que podía empezar a hablar.

- Buenas noches, búho sabio del bosque. Necesito saber el por qué... necesito saber por qué un tigre me perdonó la vida ayer. - Preguntó rápida y nerviosamente el joven.

Como se detuvo de los nervios por un rato, el viejo sabio lo miró fijamente y torció su cabeza con una mueca para indicarle que quería saber más.

- Ayer a la noche, olvidé que por éste horario los tigres pasaban cerca de la madriguera, estaba recogiendo comida cuando el tigre me encontró. Se paró fijo adelante mio, su nariz llego a tocar mi cara, y me olfateó como lo haría con cualquier presa, y después... y después simplemente se fue. ¿Cómo es posible? No puedo parar de pensar el por qué no me comió, hubiera sido un simple movimiento... - Dijo la liebre.

El búho miro hacia la profundidad del bosque mientras procesaba la información, para luego volverse a él y mirarlo con sus gigantes ojos verdes noctámbulos, a continuación habló sus primeras palabras

- Acaso piensas desafiar a otro tigre en el futuro? O descuidarte nuevamente y que te encuentre fuera de tu madriguera donde estas a salvo? -

La liebre, confundida, al mismo tiempo que respondía también preguntaba

- Nn.. no, por supuesto que no... pero, ¿qué tiene que ver eso con mi pregunta?... eso es algo obvio! -

El buho asintió y procedió con palabras firmes

- Si no vas a enfrentarte a otro tigre, ¿Para qué te importa conocer el por qué de su no accionar? Para este tipo de hechos extraordinarios, lo cierto es que no hay reglas ni por qués, son hechos del destino. Quizá simplemente el sol haya querido que puedas seguir admirándolo cada día. Quizá algún buen acto que has hecho alguna vez en tu vida, y que ha quedado guardado en la memoria de este bosque, le ha servido al tigre para decidir que valías lo suficiente como para ser tratado con misericordia. De vos depende encontrarle el sentido a estar vivo el día de hoy milagrosamente. -

Luego de la respuesta, se soltó un poco mas y dejó mostrar una leve sonrisa

- Ahora, joven liebre, le recomiendo que vuelva a su madriguera a dormir, no querrá tentar al destino 2 veces seguidas. -

El visitante entonces, muy confundido, hizo una reverencia agradecida al sabio y se volvió hacia la profundidad del bosque.

4 comentarios:

  1. Me gustó mucho, si bien comparto la filosofía del búho en parte, es interesante pensar en el tiempo que perdemos en intentar descifrar cosas que en definitiva no tienen sentido descifrar, del estilo "a veces llueve porque llueve", "las montañas no tienen un propósito", etc. Por lo menos así me gusta interepretarlo.

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    1. Recien ahora leo tu reflexion kike, es cierto, es un poco la idea plasmada tambien :)

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